Jesús mostró el milagro de alimentar a cinco mil personas con cinco panes de cebada en el desierto,
al otro lado del Mar de Tiberias. Sin embargo, les dijo: “Tabajad, no por la comida que perece,
sino por la comida que a vida eterna permanece”. Así, les dio a conocer la realidad del pan que da vida.
Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos y curó a mucha gente, pero todos murieron.
Curarse de una enfermedad o volver a la vida no es un milagro.
Obtener la vida eterna mediante la celebración de la Pascua,
que es una ceremonia para comer el pan de la vida, es el verdadero y gran milagro.
“¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”.
Al igual que Pedro,
los hijos de Dios deben dar gracias y gloria a Dios por haberles concedido la vida eterna.
Apartado de correos 119, Bundang, Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea
Tel.: 031 738 5999; Fax: 031 738 5998
Sede administrativa: 50 Sunae-ro (Sunae-dong), Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea
Iglesia matriz: 35 Pangyoyeok-ro (526 Baeghyeon-dong), Bundang-gu, Seongnam-si, Gyeonggi-do, República de Corea
ⓒ Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial. Todos los derechos reservados. Política de privacidad