La fe es invisible, pero en última instancia se manifiesta a través del acto de obediencia.
Dios declaró el fin desde el principio, y predijo lo que está por venir,
instando a la humanidad a alcanzar la salvación del reino de los cielos mediante la fe y la obediencia.
Cuando Dios nos ordena algo, no es para su propio beneficio, sino para el nuestro,
similar al del rey Josías, Abraham y Noé, todo es para nuestro beneficio y salvación.
Así, también en esta época, al obedecer las enseñanzas de Cristo Ahnsahnghong y de Dios Madre,
que vino como el Espíritu y la Esposa, la humanidad es bendecida y, en última instancia, participará del reposo de Dios.
Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. [. . .]
Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
Deuteronomio 28:1–6
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