Si sembramos el bien, seguramente cosecharemos buenos resultados, y si sembramos el mal, cosecharemos malos resultados.
Debemos recordar la historia en la que los israelitas, que se quejaron en el desierto durante cuarenta años, fueron destruidos, y los jóvenes David, Sadrac, Mesac y Abednego fueron bendecidos grandemente por Dios ofreciendo alegría a través de sus palabras de fe llenas de gracia.
De acuerdo con las enseñanzas de Cristo Ahnsahnghong y de Dios Madre, los miembros de la Iglesia de Dios siempre ofrecen consuelo y apoyo mediante buenas acciones y palabras virtuosas en el hogar, en la Iglesia y en la sociedad.
Hoy, marchan hacia adelante con vigor para compartir la alegre nueva de la salvación de Dios con los que están cansados de una vida gravosa, proclamando: “He aquí el reino de los cielos, donde ya no hay muerte, sufrimiento ni dolor.”
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Mateo 12:35–37
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