Los profetas que escribieron la Biblia vivieron en diferentes épocas
y tuvieron diversas ocupaciones y personalidades;
sin embargo, inspirados por el Espíritu Santo de Dios, nos han dado profecías coherentes,
iluminándonos sobre “por qué la humanidad vino a esta tierra y hacia dónde nos dirigimos”.
Puesto que la Biblia es verdadera, debemos creer en las profecías
sobre Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre.
El libro de Isaías profetizó sobre el sufrimiento de Jesús 700 años antes de su venida,
y el libro de Job registró el ciclo del agua y el hecho de que la Tierra se suspende en el espacio,
3500 años atrás, hechos que la ciencia no descubrió sino hasta el siglo XVII.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16–17
Él extiende el norte sobre vacío,
cuelga la tierra sobre nada.
Job 26:7
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