La ley de Dios y el fruto de los pensamientos

N.º de vistas 2.767 Veces #Nuevo pacto #Salvación #Culto

71 Idioma(s)

439

Visualización realizada

Afrikaans Akan Amharic Bengali Bodo British English Bulgarian Burmese Cebuano Chewa Croatian Czech Dutch English Fijian Filipino Finnish French German Greek Gujarati Hindi Hungarian Indonesian Italian Japanese Kannada Khasi Khmer Korean Lao Latvian Luganda Malagasy Malay Malayalam Manipuri Marathi Mongolian Mundari Ndonga Nepali Odia Punjabi Polish Portuguese Portuguese(Portugal) Romanian Russian Rwanda Samoan Shona Chinese Sinhala Slovak Spanish Spanish(Mexico) Spanish(Spain) Swahili Tamil Telugu Thai Tongan Chinese-T Tripuri Turkish Ukrainian Urdu Vietnamese Xhosa Zulu

Suscribirse y Me gusta en YouTube

Dios estableció la ley para el feliz futuro de la humanidad

Si creemos en el evangelio del nuevo pacto, entendemos correctamente la ley de Dios y la guardamos, podremos recibir la vida eterna, convertirnos en el sacerdocio real y heredar el reino de Dios. Además, la ley de Dios nos guiará a Cristo Ahnsahnghong y a la Madre celestial Nueva Jerusalén, guiándonos a la salvación eterna.

La razón por la que los miembros de la Iglesia de Dios
guardan el nuevo pacto, la ley de Cristo, con todo su corazón

Los profetas, incluido Isaías, nos dicen que la creencia de que “no necesitamos guardar la ley de Dios” finalmente condujo a muchas calamidades en la tierra.
Aquellos que guarden la ley de Dios según lo prescrito experimentarán gozo, felicidad y paz, mientras que aquellos que rechacen la ley de Dios encontrarán desastres y maldiciones como fruto de sus pensamientos.

Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá.
Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley.
Jeremías 6:18-19

y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
2 Tesalonicenses 1:7-8